Recordamos con mucha ilusión cómo nació la idea de un restyling de marca para Tricultura.
Manolo Salvado, gerente de la empresa y de Talentum, se comunicó con la agencia porque quería una nueva web. Visitamos sus instalaciones, ¡que son una pasada!, y conocimos al resto del equipo: Ángel, María, Diego, Jesús y Sara. Fue al conectar con la enorme energía que desprendía este elenco humano tan apasionado, mezcla de actores, artistas, educadores y gente talentosa, cuando vimos claro que se trataba de un proyecto que podía visualmente dar mucho más de sí.
Había que darle un nuevo aire a la marca así como redefinir su amplitud: hacerla más aventurera, dinámica y juvenil. El proyecto Tricultura restyling de marca se convertiría rápidamente en esa índole de trabajos de creación donde tenemos que integrar toda nuestra experiencia creativa y de marketing. ¡Los trabajos que nos gustan!
¿El resultado?: una marca con un carácter muy fuerte, emocionante, emocional, aventurera y divertida. Muy versátil, con un amplio abanico de usos y muy atemporal.
Partíamos de una imagen con un marcado acento basado en la literatura y en la parte más cultural de la marca, posiblemente heredado de su cercano vínculo con la otra empresa de Manuel Salvado, Talentum: centro especializado en la identificación de estudiantes con altas capacidades.
A Tricultura le faltaba transmitir todo el amplio abanico de emociones que se viven tras sus muros, ¡y fuera de ellos!… Tuvimos el placer de asistir a un par de espectáculos visuales del equipo, en este caso de Halloween, donde pudimos llevarnos un surtido de sensaciones que faltaban adicionar a su nueva futura imagen.
El objetivo marcado era reenfocar Tricultura a un público más amplio y empapar la marca de esa pasión de equipo. Había que marcarle unos signos de identidad y redefinir el storytelling, que nació de aplicar el concepto precolombino de «Tribu nativa». Conectando emociones mediante el nexo entre lo que se siente y lo que se quiere transmitir. Habíamos creado un grito visual de guerra.
Un buen proyecto necesita buenos ingredientes. Una vez redefinida su imagen, con una marca mucho más cercana y pasional, sólo había que expandirla a su nueva web, que como siempre decimos, es ante todo un dossier vivo, donde todos los usuarios tienen que dejarse contagiar por la magia, pasión y bondades de una marca.
El equipo de Tricultura, que diseña su propia cartelería y lleva diariamente su marketing online, sentía la necesidad de un empuje visual. Con este nuevo restyling de marca cogen oxígeno y pueden reenfocar sus metas, mientras siguen haciendo lo que mejor saben hacer: divertir y enriquecer a nenes, jóvenes y a no-tan-jóvenes que disfrutamos como niños.
Marcas así da gusto darles un empujoncito.
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Tricultura es más que una empresa. Es una tribu donde habitan seres apasionados que saben mucho de ocio y de cómo dirigirlo a todas las edades.